me engripé
me dio fiebre
vomité hasta pensar que la mañana
no llegaba nunca,
tuve sistitis,
tuve calambres en los pies,
en el medio de la noche,
durmiendo sola o acompañada,
me retorcí y grité en silencio de dolor,
un gesto digno de ser registrado
por un buen director de cine ou la mort,
no desperté a nadie,
morí de frío y de calor
y de hambre y saciedad
en cuestión de segundos,
me reincorporé y siempre
el centro del cuello estuvo a punto de explotar,
entendí algunas
cosas sobre las sonrisas y sobre los
hombros y sobre el arco del pie y sobre todo,
sobre todo
el último calambre
subió
hasta la pierna
y quizás siga subiendo
otra noche
de sorpresa.