jueves, 9 de diciembre de 2010

tres y algo

era un domingo de mierda
y yo dije
por qué no me voy a un lugar donde nadie sepa mi nombre y me pueda teñir el pelo
y agus dijo
hasta gandalf se muere los domingos


este post terminará cuando llegue alguien a la oficina y yo me pueda ir, sin sentir la culpa de dejar la oficina sola. sí, es el día tres y yo ya tengo puesta la camiseta de la empresa.
a veces la cantidad de entrega es inversamente proporcional a la retribución recibida
pero eso no es ninguna novedad, no?
aplíquese esta ley a casi cualquier campo o esfera
y archívese


me pregunto cuándo
perderé otro talento
el talento del bajo perfil
puedo dar cátedra
puedo dar cátedra y que después
nadie se acuerde mi nombre


me pregunto cuándo
este blog y yo
volveremos a ser optimistas
hubo un momento en que me di cuenta de que
al menos relativamente
era una persona optimista
y desde ese momento
todo se volvió una montaña rusa
no lo perdí para siempre
pero ahora soy como una maníaco depresiva del optimismo
si eso es posible
ooooolas, tsunamis de optimismo y de golpe

tormeeeeeeeentas de pesimismo
barra nihilismo
barra escepticismo
y el resto de la familia

el tiempo pasa
la gente ya se va de la sala
basta de películas malas
tengo que ir a dejar un dvd acá a dos cuadras
pero no puedo,
cuánta abnegación hay en esta cola pegada a la silla
cuánto tonito de melodrama y aire acondicionado y la
camperita puesta y la mochila en el regazo


ahí alguien va a abrir la puer
no

ya fue
tengo hambre
yo me voy igual

lunes, 18 de octubre de 2010

etcétera

conocer
al ser
en su
condición
más
primigenia
última
primera
en definitiva

y entender
entonces
no todo
es relativo
hay cosas
absolutas
separadas
por una
línea fina y
tornasolada
flotante
como el
andarivel
que separa
las aguas
de la pileta

lo hondo
de lo otro

hacer pie
o no hacer pie

lunes, 23 de agosto de 2010

interior día

baño. un restaurant bien paquete. palermo. domingo lluvioso.
entro, completamente dispuesta a entregarme a la congoja tan domingo lluvioso con la que me levanté. entrega ombligusita si las hay.
después de acomodarme un par de pelos frente al espejo me siento en uno de los inodoros y acuesto la cabeza sobre las rodillas. no logro sacar una sola lágrima.
se escucha como una masa uniforme el ambiente del salón, bajito. alguien abre violentamente la puerta. escucho que suspira hondo. es una mujer. jadea, la escucho llorar un poco. ella está llorando de verdad. aunque no es un llanto sacado. trato de espiar por el ojo de la cerradura pero claramente no veo nada. pienso todas las cosas que se pueden pensar. quién será, por qué llora, qué porcentaje de la gente que va al baño en un lugar público lo hace para aislarse y llorar. por supuesto, ya no puedo sumirme en mi propia tristeza, no tiene sentido. la de ella es más grande y está toda afuera, no como la mía, chiquita y bien adentro y con gran capacidad de evaporación. escucho el sonido de las teclas de un celular, está escribiendo algo. aparece la otra pregunta obvia, qué escribe, qué relación habrá entre el llanto y el mensaje de texto. imagino las acciones inmediatas cuando disminuyen un poco los sonidos guturales. imagino cómo se limpia la cara. permanezco en silencio, como el nene-testigo de la película esa con harrison ford. estoy a la espera de un sonido que me indique que se fue. murmura algo que no llego a comprender, antes de abrir la puerta. quedan sonando los pasos en la escalera. termino la tarea del pis. salgo. miro las mesas a mi alrededor. cuál será de todas esas caras, no lo sé.

lunes, 12 de julio de 2010

típico

(o las horas collage III, o lo que sucede cuando sacás cosas empolvadas de un cajón y las mezclás con cosas nuevas y crudas y vivas)


- ya van dos días seguidos en los que
concientemente veo cómo
la parejita pegajosa de turno
se sienta adelante mío
igual la de ayer fue más graciosa porque
estaban juntos en el multi-asiento del fondo
y ni bien tuvieron la oportunidad
se movieron al asiento de dos
como para estar más juntos que nunca


- quiero ser imprevisible y
que respires siempre aire verde
y en movimiento,
no quiero aire estancado.


- hace rato ya que es de día y
tengo tres cuadras para
inhalar aire y
exhalar los impulsos reprimidos


- vemos pasar la avenida de espaldas,
el mundo tal cual lo muestran
las fotos más malas
al final, en esta época o en este lugar,
está todo roto menos
eso que no quiero nombrar.


- puedo pasar todos los días
con la ropa del día anterior
no me voy a ningún lado
el día del ala de avión


- por más que me esfuerce para que suene
la canción que quiero
mientras el colectivo
hace avanzar la ciudad
siempre caerá el semáforo o la parada
en medio del tema que pide
más velocidad de deslizamiento
y entonces más de una vez me dedico
a buscar la belleza y la velocidad
desde la ventanilla quieta
y por suerte los ojos
no tienen tan buen pulso


- aire y agua
es todo lo que necesitamos
y está en una estación de servicio.

miércoles, 12 de mayo de 2010

y cómo usar el blog como bloc de notas

- cuando sea rica y excéntrica voy a poner, al lado de la cama, esa máquina que tienen los dentistas que tiene un coso para succionarte la saliva

- ¿seré la única persona que, a partir del cuarto día consecutivo con fiebre, empieza a pensar que el termómetro está arreglado?

domingo, 11 de abril de 2010

el fantástico don

del taxista para la percusión
los pasajeros primero se maravillan
simpatizan
pero después de un rato los pone
un poco nerviosos
lo hace todo el tiempo
cualquier canción
cualquier género
manejar es algo que hace
en los recreos de su percusión

martes, 9 de febrero de 2010

digestión

pocas veces puedo estar
despierta
antes de que el día se ponga de pie
(es que el día es bípedo)
y
deje de escuchar
tan concientemente
el oleaje del ventilador
y de la cortina

pasado este punto del recorrido
mucho más cerca de volver
siento siempre que podría seguir
moviéndome con casa ambulante indefinidamente
porque
hay ciclos
mareas que crecen y decrecen y
los dolores, picaduras y expresiones del
cuerpo en general, se borran o alcanzan
un nuevo equilibrio,
una nueva base sobre la que seguir
insistiendo.

por favor no quiero que nadie se mueva, no abras
los ojos, no apagues la luz del baño
dejame con mi respiración muda y solitaria y
con las piernas en fuga y el mapa mental
de todos los datos
guardados en bolsillos, huecos, tapa y contratapa.

en unos días llego y te cuento cómo
sobreviví otra vez
escabulliéndome cual plastilina de colores
y de a ratos
hundiendo los pies y siendo a la vez
el ancla-

a esta hora se calla incluso
mi ansiedad por estar
en todos lados,

el factor 15, 20, 30, 40, el factor humano y
el orden de los factores,

me agarra ese ataque, ese,
hasta dónde hemos llegado que jugamos
a que es real
lo que siempre fue más real que todo y
nos acercamos a la orilla, nos tomamos todo la
pausa de un saque y nos vamos hacia
allá donde el cuerpo es más vulnerable y
nos alivia saber que tenemos
pastillas, curitas, prendedores,
queremos usarlo todo.

resulta que te pasás poco menos de un día
y una noche entera
del lado de allá y ya
te bajás de vuelta a la calle de otra manera
con muchas cosas en la mano y los ojos
entrecerrados y
supongo que el pelo como un espantapájaros,

entonces caminaba entre la gente como
si casi no pudiera hablar
segura de que si abría la boca
iban a salir sonidos inconexos o un río calmo o una
ola de mosquitos.

hay idiomas que igual no voy a dominar jamás
como este mismo,
que un poco siempre me deja pagando
en plena digestión, encima.