jueves, 9 de diciembre de 2010

tres y algo

era un domingo de mierda
y yo dije
por qué no me voy a un lugar donde nadie sepa mi nombre y me pueda teñir el pelo
y agus dijo
hasta gandalf se muere los domingos


este post terminará cuando llegue alguien a la oficina y yo me pueda ir, sin sentir la culpa de dejar la oficina sola. sí, es el día tres y yo ya tengo puesta la camiseta de la empresa.
a veces la cantidad de entrega es inversamente proporcional a la retribución recibida
pero eso no es ninguna novedad, no?
aplíquese esta ley a casi cualquier campo o esfera
y archívese


me pregunto cuándo
perderé otro talento
el talento del bajo perfil
puedo dar cátedra
puedo dar cátedra y que después
nadie se acuerde mi nombre


me pregunto cuándo
este blog y yo
volveremos a ser optimistas
hubo un momento en que me di cuenta de que
al menos relativamente
era una persona optimista
y desde ese momento
todo se volvió una montaña rusa
no lo perdí para siempre
pero ahora soy como una maníaco depresiva del optimismo
si eso es posible
ooooolas, tsunamis de optimismo y de golpe

tormeeeeeeeentas de pesimismo
barra nihilismo
barra escepticismo
y el resto de la familia

el tiempo pasa
la gente ya se va de la sala
basta de películas malas
tengo que ir a dejar un dvd acá a dos cuadras
pero no puedo,
cuánta abnegación hay en esta cola pegada a la silla
cuánto tonito de melodrama y aire acondicionado y la
camperita puesta y la mochila en el regazo


ahí alguien va a abrir la puer
no

ya fue
tengo hambre
yo me voy igual