Hoy mi casa es la viva imagen del feriado
Y yo la viva imagen de la malinterpretación del feriado
que además a mí, no me cambia nada
Pero sigo sin poder sacarme el piyama
porque sería renunciar a las breves vacaciones de uno mismo
que ofrece la noche y las miles de frazadas.
Y mientras espero que el agua hierva pienso
-últimamente los momentos de la pava en la hornalla
son tan buenos para sacar conclusiones del mundo,
algunas más fatalistas que otras-
que estuve muuucho tiempo sin ir al psicólogo.
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